Ella me miró y me preguntó -¿Qué es lo que soy y qué significo en su vida?
-No lo se y no puedo darte una respuesta acertada.
-Yo lo amo, pero siento que no me comprende.
No se qué decirle, ella sólo bajó la cabeza, trató de cubrir su rostro con las manos, pude notar que caían gotas a la mesa. Con cierta torpeza tomó una servilleta y secó sus lágrimas, el rímel que traía se le había corrido por las mejillas. Aclaró la voz y me dijo con mucho esfuerzo -Necesito desahogarme, me siento fatal. Siento que voy a explotar. Yo sólo asentí con la cabeza y procedí a escucharla.
De nuevo preguntó: -¿Qué es lo que soy y qué significo en su vida?
Es lo que me pregunto y la respuesta me es difícil encontrarla, más bien me cierro a ella por temor a que la respuesta sea algo que termine de romper mi corazón.
Tengo tanto por decir, sin embargo no le puedo dar forma exacta a esto que siento ahora mismo. Y es que estoy en un dilema existencial; me siento sosa, estúpida, fea, totalmente horrenda... Mi autoestima ha bajado desde que le conocí y desde que me hirió la primera vez.
Lágrimas no dejan de correr por mis mejillas al recordar todo el dolor que me hace sentir con sus palabras, con sus actos... no puedo entender la facilidad con que puede lastimarme tanto. Hay veces en que siento que no me quiere, que sólo soy un pasatiempo, un remedio para su soledad... No me siento como un apoyo para él, mucho menos una inspiración.
Yo no se qué vió en mi, no soy guapa, no soy elocuente con las palabras, soy floja, malhumorada, malhablada, tosca, torpe, tartamuda... ¿Será por ello que buscaba a otras chicas? Y más a la mujer de Aguascalientes que ella en verdad que es hermosa, es abogada, sabe inglés, francés, tiene buenos gustos musicales, es fotogénica, escribe con tanta gracia que tiene cuentas en todas las redes sociales existentes, es popular... Es una mujer hecha para él. Eso me hace sentir miserable. Por lo mismo, me siento celosa hasta de su recuerdo, temerosa de que vuelva a buscarla estando conmigo. Ha sido doloroso saber que no la ha olvidado y puedo apostar que la sigue buscando después de todos los problemas que hemos tenido por ella. Sabe como ocultarlo... o ¿Soy yo la que desconfía tanto que ya no puedo creerle? Me siento tan insegura y no puedo contarlo a nadie. Estoy sola.
En cada sitio le comenta, le hace alarde de sus fotografías, de su forma tan elocuente de escribir, de los temas tan rebuscados que ella habla... Yo ni le entiendo. Hay veces que me dan ganas de escribir algo así y ganarme sus cumplidos como lo hacía con ella. Pero mis cosas no le importan, no las mira, no las valora. Tengo que pedirle constantemente que me esté comentando, que no me olvide... En cada oportunidad que había le preguntaba - ¿Porqué ella sí y yo no?- Yo no seré bonita y tan inteligente como ella, pero al menos sabía que lo que sentía por él era genuino.
Me siento mal, quiero en mi vida a alguien que se preocupe por lo que siento, que responda ante mi actuar y estados de ánimo, no quiero a un ser inerte, no quiero a alguien que cuando le diga, aunque no sea cierto que quiero dejarlo, le valga, quiero que le duela mi sufrimiento... Quiero que sea más empático. Quiero un hombre cariñoso, el cual siempre me esté demostrando que me quiere con caricias, abrazos, besos, los cuales yo no tenga que pedirlos... Que tenga detalles conmigo. Quisiera que me regalara unos aretes o una pulsera, portarla y pensar en él.
Ya no se qué es lo que siento, quisiera dejarlo, me hace sentir muy mal todo esto. Ya no quiero pedirle nada porque se supone que me quiere y esas cosas deben venir de él. Pero no es asi. Por más que le hablo de mis sentimientos no se puede, se enoja. No puedo tenerle confianza. Sin embargo cuando logramos hablar, él me promete cambiar y yo le creo. Tal vez hago mal, pero vivo con la esperanza de que un día suceda y llegue a ser el hombre con todas esas cualidades que deseo.
-No se qué decirte. Ustedes tienen ya un buen que están juntos. Cuatro años no son poca cosa. Pero debes pensar en tí. No preguntarte que es lo que él quiere. Preocúpate por tí misma y cubre tus propias necesidades. No le dejes eso a él, pues no sabes si algún día esa espera traerá sus frutos. No se si te esté dando un buen consejo, es todo lo que puedo decir, al final, la decisión es sólo tuya.
Ella me miró, se congeló por un instante, no había pensado en ella en todo ese tiempo, todo se lo había dado y siempre lo consideraba en las decisiones que se tenían que tomar, cambiaba su deseo por el de él. Ella da demasiado en la relación, es una buena persona, merece que la amen con mucha fuerza. Es dedicada, entregada, empática, inteligente (aunque ella misma lo dude), es hermosa (También), creativa, sociable, cariñosa, sensible... Tiene muchas cualidades. Le llueven hombres, algunos le han hablado de cosas serias como hacer vida juntos, de dejar a ese hombre y ser feliz, todas esas palabras no le afectan ni le animan a dejarlo, siente que lo ama de verdad y se ve con él, casada, con dos hijos y sobretodo: feliz. Satisfecha de haber esperado y que esa espera le haya traido lo que ella más quería: que la amaran. No pide demasiado, sólo eso: amor, cariño.
-¿Tú crees que sea por eso que me gusta tanto el sexo con él?
-Puede ser. Inconscientemente buscas amor de esa forma, la más cercana, en la que sólo son tú y él, en la que comparten un momento íntimo. ¿Cómo te sientes mientras lo hacen?
-Me siento hermosa, siempre me dice cuanto le gusta mi cuerpo y hacerlo conmigo.
-Puede ser que sea por eso. Pero ya no te aflijas. Anda, piensa en lo que te dije. Haz cosas por ti, ocupa tu tiempo en ponerte bella, tómate fotos, ve a correr, ve a talleres, despeja tu mente.
Ella sólo me veía con sus ojos acuosos, hinchados de tanto llanto y dolor que apresaban. Hace bola la servilleta y la coloca debajo del ala del plato trinche. Acomoda el tenedor y lo alinea con el cuchillo. Su mirada de pronto de enfoca en un punto en el infinito y parece perderse en un sin fín de recuerdos, mismos que hacen aparecer una pequeña sonrisa en su rostro que pronto desaparece con el cláxon de un automovilista imprudente. Vuelve su mirada hacia mi y el llanto regresa. Yo sólo puedo abrazarla. No se qué decirle, todo depende de ella.
